La comprensión de los conceptos de delito y delincuente ha sido un tema de constante debate y evolución dentro de la Criminología y la Sociología. Estas disciplinas se enfrentan al desafío de definir y estudiar el comportamiento antisocial de una manera que no sólo sea científicamente válida sino que también tenga relevancia práctica y jurídica.
Definición de delito
El delito, visto desde lo jurídico, se define como una acción intencional que viola el estatuto penal y es penalizada por el Estado. Este enfoque legalista sostiene que solo aquellos condenados por los Tribunales pueden ser considerados delincuentes. Sin embargo, este punto de vista ha sido cuestionado por diversos Sociólogos y Criminólogos que argumentan que esta definición es demasiado restrictiva y no captura la totalidad del comportamiento antisocial.
Críticas a la definición tradicional
Muchos Criminólogos contemporáneos critican la definición tradicional del delito como una mera violación de la Ley Penal considerándola artificial y limitante. Argumentan que la Criminología debería enfocarse en toda conducta antisocial, es decir, cualquier comportamiento que resulte socialmente dañino, independientemente de si está proscrito por la Ley. Esta visión más amplia busca incluir conductas que, aunque no sean ilegales, tienen un impacto negativo en la sociedad.
El debate Sociológico
En busca de la validez para utilizar el marco jurídico como único criterio para definir el delito y al delincuente se presenta un gran debate. Desde una perspectiva sociológica, se sugiere que la Criminología debe investigar las normas de conducta y sus transgresiones y no limitarse a las definiciones legales. Esto incluye el estudio de motivaciones, contextos y factores psicológicos y ambientales que influyen en el incumplimiento de las normas.
Delito de cuello blanco
Uno de los aspectos más discutidos en Criminología es el concepto de "delito de cuello blanco". Este término, acuñado por el profesor Sutherland, se refiere a las transgresiones cometidas por personas de los estratos socioeconómicos más altos, a menudo en el curso de sus negocios. Estas conductas pueden ser difíciles de encuadrar dentro de la definición legal tradicional del delito, ya que muchas veces operan dentro de los márgenes de la ley o utilizan su posición para evadir la Justicia.
La importancia del contexto legal
A pesar de las críticas, la perspectiva jurídica ofrece una estructura clara y precisa para la definición de delito y delincuente. La Ley Penal establece normas de conducta que han sido deliberadamente formuladas para proteger el bien común. Este marco proporciona una base sólida para el estudio del comportamiento delictivo aunque no sea perfecta ni inclusiva de todas las formas de conducta antisocial.
De esta forma entonces queda claro que tanto la Criminología y como la Sociología deben continuar dialogando y colaborando para desarrollar una comprensión más completa y matizada del delito y del delincuente. Mientras que la definición legal proporciona un punto de partida necesario, las perspectivas sociológicas amplían el enfoque para incluir una gama más amplia de comportamientos que afectan a la sociedad. La clave está en integrar estas visiones para lograr un sistema de justicia que no sólo sea efectivo sino también justo y comprensivo de la complejidad del comportamiento humano.
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